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viernes, 12 de septiembre de 2014

Las sonrisas no son de quién las sonríe, son de quien las provoca.

Pensaba que quería contarte todos los lunares de tu cuerpo nada más verte, pero inmediatamente después de perdernos me di cuenta de que no, que ese ya no era mi objetivo, que ya había cambiado; que ahora sólo quería contarte los del cuello, pasar tiempo contigo, hablando, daba igual de qué. Y mirarte, volverme a perder en tus ojos azules agarrada de tu mano y peinarte el cabello como excusa para tenerte más cerca.

Que las caricias pueden conventirse en íntimas, aunque no lo sean, y que con los ojos también se puede hablar.

Que lo que no buscas lo encuentras, porque es cuando no lo esperas, y que pusiste equilibrio en mi desequilibrada vida.

Que espero tu mensaje, incluso cuando sé que estás dormido y deseo estar a tu lado, y no, nada más, solo abrazarte y estar allí contigo, simplemente eso.

Despertarte con un beso, y reír al recibir uno tuyo de vuelta. Desayunar contigo, y a ti, y pasar el día juntos, en el sofá, ya sabes, peli y manta cuando hace sol, y salir a la calle cuando llueve.

Esperar impaciente en la silla a que suene el timbre, para verte desde lejos apoyado en el muro esperando mi salida.

No sobrevivir bien los días en los que no estamos juntos, porque se hacen pesados y largos, como si fuesen de 72h cada uno.

Eres como mi sexto sentido, del que necesito para vivir.

Gracias por aparecer en mi vida, alegrándomela con cada sonrisa, porque las sonrisas no son de quién las sonríe, son de quien las provoca.


Buenas noches pequeño.


Vie, 12 Sep 2014. En mi cama. A las 2:37

sábado, 6 de septiembre de 2014

Pensé en escribirte.

“Pensé en escribirte acerca de los besos que nos faltaron por darnos, acerca de las promesas que todavía nos debemos, acerca de las canciones que faltan por dedicarnos. Quería escribirte acerca del amor. Pero siempre terminaba ganándome la rabia, el orgullo, el enfado de que fueras tan imbécil, de que no te dieras cuenta de lo mucho que te quiero. Entonces te escribía cartas de olvido, aunque en el fondo olvidarte no era lo que más quería.”